Hablando con los primeros usuarios de Sunslider, pronto quedó claro que muchos de los problemas que la gente tiene con Instagram, TikTok, Facebook y otras plataformas sociales se reducen a una sola cosa:
Los gigantes de las redes sociales rompieron la promesa del social networking, convirtiendo poco a poco sus plataformas en máquinas diseñadas para fomentar el scroll pasivo del social media.
Ese cambio de “networking” a “media” puede parecer solo una cuestión de nombre, pero esconde muchísimas consecuencias.
El social networking es:
Interactuar con personas que conocemos en la vida real o que llegamos a conocer online
Ser algo comunitario, donde todos comparten pedacitos de su vida
Ser aditivo, aportándonos algo positivo gracias a herramientas digitales útiles
El social media es:
Influencers, marcas, anuncios, todo impulsado por algoritmos basados en datos
Restrictivo, donde la mayoría del contenido acaba en el vacío
Sustractivo, robándonos tiempo y atención mediante trucos psicológicos
¿Por qué ocurrió este cambio?
No fue por la evolución de las necesidades de los usuarios, ni por cambios sociales, ni por la pandemia, ni por nada de eso.
Fue porque los fundamentos mismos de las empresas detrás de estas plataformas llevaron a miles de pequeñas decisiones diarias, que las alejaron de los usuarios reales —nosotros— y las acercaron a sus verdaderos beneficiarios: los anunciantes y los accionistas.
Moar networks, please
Desde los primeros y emocionantes días de Friendster, Myspace y Facebook, crear plataformas sociales ha sido duro, sobre todo al principio (créeme, lo sé 😅). Y la mentalidad de fundadores e inversores siempre ha girado en torno al “el ganador se lo lleva todo”: levantar todo el capital riesgo posible para crecer lo más rápido posible.
Pero ahí está el pecado original de lo social: como la app necesita crecer masivamente, se ofrece gratis; todos esos usuarios gratuitos se convierten en miles de millones de puntos de datos; y esos datos se venden al anunciante que más pague (y al siguiente, y al siguiente…).
En un modelo basado en la publicidad, solo importan tres cosas:
Usuarios totales (más ojos = más espacio publicitario)
Tiempo total en la app (más scroll = más anuncios mostrados)
Datos recopilados (más segmentación = precios más altos de anuncios)
¿Y qué falta aquí?
Saber si los usuarios son realmente felices.
Y ese enfoque obsesionado con la publicidad es el que nos lleva a ideas tan absurdas como el sueño de Elon Musk de convertir Twitter en “la Everything App”, o el de Mark Zuckerberg, convencido de que viviremos 16 horas al día con sus cascos en el metaverso.
Es ese tipo de mentalidad la que considera que una red social con 10 millones —o incluso 50 millones— de usuarios felices es un fracaso.
Nuestra apuesta es simple:
Paciencia en lugar de capital riesgo. Valores en lugar de publicidad.
Estamos construyendo a largo plazo.
Y eso significa que nuestros usuarios deben ser nuestros clientes, no nuestro producto.
Siendo así, no podemos tener anuncios dirigidos; y ya que no podemos tenerlos… ¿por qué no hacer la plataforma completamente libre de publicidad y seguir adelante?
Sonaba bien. ¡Ambicioso, sí! Pero bien.
Porque nos ayudó a darnos cuenta de que, si en Sunslider no hay anuncios, no necesitamos:
Rastrear cuánto tiempo pasas en la app
Crear algoritmos insistentes que te atrapen en un scroll infinito
Construir herramientas para influencers
Bloquear enlaces a otros sitios
…y un sinfín de cosas molestas más
Como no optimizamos para ingresos publicitarios, podemos optimizar para tu experiencia, por encima de todo.
Where’s the money, Lebowski?
“Vale,” dirás. “Sin anuncios. Pero la app es gratis. Entonces, ¿cómo pensáis ganar dinero?”
¡Buena pregunta!
Desde el primer día hemos sido bastante creativos. Incluso lanzamos una pequeña tienda de merch para ayudar a financiar el desarrollo.

Pero, claro, las camisetas por sí solas no construyen un negocio sostenible 😉
Por eso estamos trabajando en nuevas fuentes de ingresos que siempre cumplan dos principios clave:
Poner a los usuarios en el centro — nunca convertirlos en un producto
Ser ligeras en datos y algoritmos, respetando tu privacidad sin necesitar montañas de información para funcionar
Estamos muy ilusionados con la primera de estas novedades, que llegará a principios de 2026.
Una pista:
¿Y si pudieras tener tu propio Instagram privado?
Solo tú y el grupo exclusivo con el que quieras compartir. Sin algoritmos, sin desconocidos, sin tonterías.
Asegúrate de estar registrado en Sunslider para formar parte del grupo que tendrá acceso anticipado.
En Sunslider estamos construyendo el Patagonia de las redes sociales: a largo plazo, centrado en el usuario y fiel a nuestros valores.
Si eso te suena a algo que el mundo necesita, ayúdanos a correr la voz. Comparte este artículo, invita a un amigo a Sunslider o simplemente cuéntale a la gente que las cosas pueden ser diferentes — que sí, hay unos cuantos locos por ahí intentando construir algo distinto 🤗
